De donde proviene la frase......

Dormirse en los Laureles :En Roma, cuando se coronaba a un general, pretor o cónsul tras una victoria se le festejaba un Triunfo. Como símbolo de gloria se le colocaban guirnaldas de laureles. Sin embargo, éstos debían agachar levemente su cabeza, por lo que daba la impresión de estar descansando sobre los laureles de la gloria.

 Salvarse por los pelos :Este dicho viene porque en la antigüedad los marineros cuando caían al agua generalmente eran agarrados y subidos de los pelos. Por esta razón solían dejarse el cabello lo más largo posible, el cual, al hundirse el cuerpo, quedaba flotando y era un excelente punto de agarre.

 Por h o por b: Las letras h y b son las que más problemas traen a los niños durante su etapa escolar. Es muy normal que siempre, al escribir un dictado de la maestra, los chicos fallen en las palabras que llevan una h o una b. Por esta razón decir “por h o por b” significa haber errado por tal o cual cosa, sin querer dar muchas explicaciones.

 Marcharse a la Francesa :Haciendo porte de la histórica mala educación , en Francia, durante el siglo XVIII se comenzó a estilar marcharse de una reunión o de la mesa sin saludar, ni siquiera hacer el menor gesto de cortesía. Con el tiempo esta práctica se generalizó tanto que marcharse saludando comenzó, irónicamente, a convertirse en algo señal de mala educación.

 El chivo expiatorio: El dicho viene del mundo antiguo y se refiere a una práctica ritual de los antiguos Judíos. En ella el rabino elegía dos machos cabríos de un rebaño y, echándolo a la suerte, escogía a uno de éstos dos para ser sacrificado. Como dejarlo a la suerte infería una participación divina se asumía entonces que éste chivo era el elegido para llevarse consigo los pecados del pueblo. De Aquí viene el dicho “ser el chivo expiatorio” cuando a alguien se le adjudican culpas ajenas

Poner las manos en el fuego En los antiguos pueblos paganos de la Germania existía la costumbre de realizar juicios ante los Dioses cuando surgía un litigio entre dos personas. Una de las formas más comunes de ver si ésta persona estaba siendo sincera era ponerle un fierro caliente en sus manos, o alguna otra parte del cuerpo. Si la persona salía corriendo significaba ser culpable.

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