Cambio Climático...........

Verdades y mentiras.
Durante dos décadas, gobiernos y multinacionales -con EEUU a la cabeza- han negado, cuestionado o matizado la realidad del cambio climático. Ahora, la concesión del premio Nobel de la Paz a Al Gore, millonario ex-vicepresidente del país más ambientalmente agresivo del mundo, viene a revelar, no la conciencia repentina de un desastre inminente y la voluntad de autocorrección, sino la necesidad de gestionar esa conciencia -asentada desde hace tiempo en gran parte de la población- sin cuestionar el modelo del que proceden las amenazas. Mediante el control institucional de la alarma ecológica, gobiernos y multinacionales buscan obtener ventajas de un peligro que no pueden ya ocultar. En primer lugar, tratan de generar la tranquilizadora ilusión de que se están tomando medidas, de que hay siempre una solución tecnológica a los excesos de la tecnología y de que hay una alternativa capitalista a los desastres del capitalismo. En segundo lugar, orientan la atención hacia la responsabilidad individual, con el doble efecto de afirmar el espejismo de nuestras libertades atómicas dentro del mercado y de impedir las conexiones colectivas, tanto en las causas como en las respuestas. Por último y como resultado de lo anterior, el cambio climático queda inscrito dulcemente en la ecuación naturaleza-capitalismo bajo la forma de un Sujeto o Agente mitológico, fuente él mismo de los males que nombra, hacia el que las víctimas no pueden dejar de dirigir su rencor: “El Cambio Climático alarga el verano”, “el Cambio Climático aumenta el riesgo de tsunamis”, “el Cambio Climático eleva el nivel de los mares”. El cambio climático deja de ser el resultado de una intervención estructural a gran escala sobre y contra la naturaleza para convertirse más bien en el objeto natural -adverso y tenebroso- de un haz de intervenciones individuales salvíficas magistralmente coordinadas por Unión Fenosa, Repsol y Monsanto.
Con todos esto hay varias malas noticias:Las grandes empresas ya están celebrando la ruptura del casquete polar, pues abrirá una ruta marítima en el norte desde el Atlántico al Pacífico, creando una vía más barata para transportar más cosas innecesarias,según Francesco Frangialli, director general de la Organización Intermacional del Turismo, los destinos preferidos de nuestros consumidores -paradisíacas playas y centros de esquí- habrán desaparecido quizás en pocos años.
Para afrontar la inevitable escasez de combustible y la correspondiente crisis energética y alimentaria, los ricos de EEUU tendrán que deshacerse en los próximos cincuenta años de 92 millones de estadounidenses si quieren mantener sus niveles de crecimiento y consumo; los del resto del mundo deberán suprimir a 4.250 millones de seres humanos.
Como siempre estamos manipulados

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