Frases dichas y su porque

Dar gato por liebre Engaño malicioso por el que se da alguna cosa de inferior calidad, bajo la apariencia de legitimidad. Si hay algo que ha mantenido la tradición con el paso de los siglos, es, sin duda, la mala fama de las posadas, hosterías y fondas, respecto de la calidad de sus comidas. La literatura universal está llena de alusiones, muchas de ellas irónicas, acerca del valor de los alimentos ofrecidos en ellas. Y era tanto el descrédito de estos lugares, que llegó a hacerse usual entre los comensales la práctica de un conjuro, previo a la degustación, en el que aquellos, parados frente a la carne recién asada, recitaban: "Si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta al plato". Por supuesto, este "exorcismo" nunca sirvió para demostrar la veracidad de la fama de la posada, pero dio origen a la expresión dar gato por liebre, que con el tiempo se incorporó al lenguaje popular.

 Las paredes oyen Es un modismo que proviene de Francia, del tiempo de las persecuciones contra los hugonotes que culmino en la histórica "Noche de San Bartolome" o "Noche de los cuchillos largos",episodio sangriento de las luchas religiosas que asolaron Francia en la segunda mitad del siglo XVI.El hecho fue promovido por Catalina de Medicis, quien instigo a los católicos a llevar a cabo una matanza de hugonotes (seguidores de Calvino). Según los historiadores,en aquellos tiempos,la reina Catalina de Medicis mando a construir, en las paredes de sus palacios, conductos acústicos dentro de las paredes que permitían oír lo que se hablaba en las distintas habitaciones, para así poder controlar cualquier conspiración en su contra.

 Pagar el pato Pagar o asumir con culpa de algo En la locución "pagar el pato", "pato" no hace referencia al ave palmípeda, sino que es la pronunciación antigua de la palabra "pacto". Con esta expresión se "justificaban" en la Edad Media las acciones contra la población judía de los reinos españoles, ya que si éstos tenían un "pacto" con Dios (como dice el Antiguo Testamento), se consideraba que los sufrimientos que les infligiesen los cristianos de la época eran una justa contrapartida. Los judíos fueron expulsados de España en 1492 y la frase dejó de tener "sentido", pero se conservó en la memoria popular con el significado actual. y con la pronunciación antigua de la palabra "pacto", como "pato".

 Meterse en camisa de once varas. La locución tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media. El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada. La vara (835,9 mm) era una barra de madera o metal que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa que, si bien era grande, no podía medir tanto como once varas (serían más de nueve metros). La expresión "meterse en camisa de once varas" se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida.

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