Cosas curiosas de Romanos

Aquí os dejo algunas curiosidades romanas






Celso, en un tratado médico, decía que si un epiléptico bebía sangre caliente de un gladiador recién muerto, este se curaría.

En la isla Tiberina eran abandonados los esclavos viejos o enfermos, los bastardos o los niños con alguna minusvalía para que murieran de hambre. Cuando los embajadores regresaron de Grecia tras pedir ayuda al dios griego Esculapio, una serpiente milagrosa que traían consigo, se escapo y se refugio en la isla. El senado ordeno construir un templo en honor a Esculapio y con el tiempo la isla fue refugio para los indigentes enfermos , los cuales recibían comida y asistencia medica. El templo se convirtió en el primer hospital público.

En la provincia de Sicilia en la época del gobernador Verres, las familia de los condenado a a muerte, sobornaban a los verdugos para que estos decapitaran al reo de un solo golpe y no se dedicaran a entretenerse dándole pequeños golpecitos para que este sufriera y se desangrara poco a poco.

Las patricias se desembarazaban de los objetos no deseados en las puerta del teatro y recibían a cambio una ficha de marfil, carta eburnea, como comprobante. Esta entrada daba derecho a una banqueta (scamnum) y una almohadilla (pulvinum). La función empezaba con la expresión aulea premuntur (el telón ha sido bajado) y la representación terminaba con la expresión aulea tolluntur (el telón ha sido levantado). Para conservar la voz en las escenas secundarias los actores se dedicaban a gesticular y un esclavo ponía la voz. Así cuando llegaba el solo (canticum) o el dialogo (diverbia) las estrellas podían lucir sus encantos.

 La palabra candidato proviene de la palabra latina candidus (blanco), hace referencia a la ropa blanca que vestía el aspirante para demostrar la pureza de sus intenciones políticas.

La ley Pompeya condenaba a los parricidas a morir cruelmente. Se les metía en un saco con un perro, un gato, una víbora y un mono, después era arrojado al mar.

La ley Julia castigaba el adulterio con la perdida de parte de sus bienes y el destierro. También permitía al padre de la adultera matarla con sus propias manos, si el marido no lo hacia.

Una ley antigua prohibía que las condenadas a muertes fueran estranguladas si eran vírgenes. Según nos cuenta Suetonio, los verdugos primero las violaban y luego las ejecutaban. Así cumplían la ley.

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