El clan canibal

Alexander Sawney Bean nació en el siglo XVI, en la región de Lothian Este, cerca de la ciudad de Edimburgo, en Escocia. Junto a una concubina se fue a vivir a una cueva en la costa de Bannane Head. Durante veinticinco años se dedicaron a procrear a ocho hijos y seis hijas, quienes a través del incesto llegaron a tener dieciocho nietos y catorce nietas.
La cueva era el escondite ideal de la sociedad. Tenía unos 200 metros de profundidad y su entrada quedaba cubierta frecuentemente por la marea, de modo que los Bean permanecieron a salvo durante mucho tiempo.

La forma de vida de esta familia era aterradora. Acostumbraban atacar por las noches a viajeros que pasaban por la zona. Las víctimas eran asesinadas y llevadas a la cueva, donde sus cuerpos eran devorados por los miembros de la familia.
Los restos eran generalmente arrojados al mar. La marea los llevaba a la playa, para horror de los vecinos del lugar que solían encontrar las víctimas mutiladas a la orilla del mar. Las sospechas de la gente cayeron sobre numerosos inocentes que habían sido los últimos en ver a los asesinados, y muchos terminaron linchados (atacados entre una multitud).
 Los vecinos de la zona jamás sospecharon que hubiera un grupo tan grande de asaltantes. No obstante, la buena suerte de los Bean terminó cuando atacaron a un matrimonio. Si bien la esposa murió en el ataque, el marido consiguió repelerlos con éxito con su espada y su pistola, y logró mantenerlos a distancia hasta que apareció un grupo de viajantes y los Beans debieron huír.
 Siendo revelada su existencia al mundo no pasó mucho tiempo hasta que se tomasen cartas en el asunto y se organizase una partida que involucro a 400 hombres, quienes luego lograron localizar la cueva del clan. Los Bean fueron atrapados, todos ellos, los más grandes y los niños también. Fueron ejecutados sin juicio alguno.
A los hombres se les cortaron las manos, pies y genitales y se los dejó desangrarse hasta la muerte, a las mujeres se las dejo viendo suplicar a los hombres y luego se las quemó vivas en la hoguera.

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