Mito o realidad?....El guerrero numero 13

Quien halla visto la película el guerrero numero 13 sabe mas o menos de que va, si no aquí va un pequeño resumen.



 En la película “El guerrero Nº13″, basada en el libro “Los devoradores de cadáveres” de Michael Crichton, se nos cuenta la historia de un árabe( Ahmed-Ibn-Falan ) que por circunstancias se ve envuelto en una peligrosa aventura junto a un grupo de rudos vikingos. En esta aventura, un grupo de 13 guerreros (donde el árabe es el Nº13) , deben de ayudar a un poblado que está siendo atacado por un monstruo, que además se come a la gente. Tal monstruo no es tal, y resulta ser una “tribu” de humanos, primitivos y caníbales, que viven en cuevas.


 Hasta aquí el argumento de la película pero para desgracia de Ibn Fadlān y el resto de su comitiva, el viaje, que estuvo plagado de peligros, nunca llegó a buen término pues, cuando llevaban más o menos un año en el camino, fueron interceptados por un grupo al que Ibn Fadlān denomina en su crónica los rus o rūsiyyah, quienes los tomaron como prisioneros.

 En sus escrito Ahmed-Ibn-Falan escribió todo lo que pasó y lo que vio durante aquel largo viaje, que duró varios años y especialmente su estancia con los Vikingos, a los que llamaba “Rus” (Origen del actual nombre de Rusia).
Este manuscrito en árabe, “Las crónicas Ibn-Falan”, son la fuente más detallada que se dispone sobre la vida y costumbre de los antiguos Vikingos.
 A Ibn, según cuenta, le llamó la atención lo fuertes, altos y bien proporcionados que eran los guerreros vikingos, así como sus descomunales espadas y hachas. También habla sobre su total falta de higiene y los describe como: “Las criaturas más asquerosas que Dios ha creado”.
 Presencia con estupor como, después de mantener relaciones sexuales o de comer, no se lavaban y su único acto de higiene consistía en una palangana con agua que compartían entre todos. Eso para un musulmán, que según el Corán, las aguas que usa alguien para lavarse no las debe tocar nadie más, era poco menos que sacrilegio.

Además hay que tener en cuenta que la sociedad árabe de aquella época era una de las más refinadas. Nos cuenta también, como vivía el rey de los Rus, en su palacio con 400 de sus mejores guerreros, cada uno de los cuales tenía dos esclavas, una de ellas le servía la comida y con la otra dormía.
Y nos relata como el rey, sin bajarse siquiera del trono, se “aliviaba” con alguna de sus 40 esclavas. “Son como asnos salvajes”, explica el persa.
 Pero la descripción más detallada e interesante que Ibn-Falan nos ha dejado escrita, fue la de un funeral vikingo.
 Primero hacen un entierro preliminar del cadáver y lo mantienen así durante diez días; mientras tanto, los familiares del difunto preguntan a sus esclavas quien quiere acompañar a su amo al más allá. La esclava que se presenta voluntaria recibe un tratamiento especial; se le regalan todo tipo de adornos, bebe, canta y se entrega a los hombres, mientras las demás preparan la ropa que el muerto llevará más tarde.
Estas ropas son muy importantes en el ritual; para hacerlas se han apartado un tercio de los bienes dejados por el difunto; otra parte es para la familia y la restante para comprar la hidromiel que se consumirá durante las ceremonias de esos días, algunas de las cuales llegan a adquirir carácter orgiástico.
 Los amigos del muerto llevan su barco a tierra, varándolo sobre unos soportes de madera, y acampan a su alrededor. Entonces entra en escena una anciana de aspecto más bien siniestro a quien llaman “el ángel de la muerte”. essta saca el cadaver del enterramiento provisional y lo viste con la lujosa ropa nueva.
Los amigos lo suben al barco y lo acuestan dentro de una tienda de campaña, sobre mantas y cojines. A su lado van depositando comida y bebida, además de sus armas.
Fuera del barco, descuartizan su perro y sus dos caballos, así como dos bueyes, un gallo y una gallina, echando los pedazos sobre la cubierta del barco. Mientras tanto, la esclava recorre sucesivamente las tiendas de los amigos del muerto y mantiene relaciones sexuales con ellos, cosa que lo consideran como un homenaje especial al difunto.
Ella protagoniza después un pequeño ritual en que es alzada sobre un armazón de madera y, mirando a lo lejos, dice ver a sus padres, a su parientes muertos y por fin contempla a su señor que la llama. La suben al barco y le dan varias veces de beber hidromiel, cuyos efectos le hacen cantar y despedirse de sus seres queridos.
La anciana la mete en la tienda y los hombres que permanecen cerca del barco golpean sus escudos con las lanzas, provocando un ruido ensordecedor. Seis de ellos entran también en la tienda y mantienen con la esclava una nueva sesión de sexo antes de que cumpla con su misión; finalmente la vieja le clava un cuchillo mientras dos de los hombres la estrangulan con un cordón.
 La pista de este persa se pierde tras el regreso de su viaje, aunque quedaron sus escritos

Comentarios