El Habla cotidiano

Muchas veces encontramos palabras en nuestro diccionario particular que no sabemos de donde vienen y también algunas que son mas nuevas que otras, o que bien fueron dichas en un contexto distinto al que lo utilizamos hoy en día.




 Salir del Armario

 Aunque muchos sospechen que dicho término tiene implicaciones negativas (se abandona la oscuridad para salir a la luz), en realidad parece ser una evolución de “salir”, es decir, del inglés “coming out”, que se empleaba para referirse a aquellos homosexuales que se presentaban a sí mismos en los ambientes homosexuales. Dicho término era el empleado para nombrar a las mujeres que acudían a los bailes de sociedad para presentarse en sociedad. Sólo más tarde se le añadió el “closet”, o “armario”, con el que solemos emplear hoy en día dicha expresión, y que efectivamente confería un matiz diferente a la expresión, más cercano al desvelamiento de lo oculto.


 Gayumbos:

 Aunque haya sido empleado con relativa asiduidad entre las generaciones precedentes, no fue hasta 2007 que dicha palabras fue introducida en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, como sinónimo de “calzoncillos”. Su primera utilización documentada se encuentra en 1905, en el Diccionario de argot español de Luis Besses. Se cree que puede provenir del término “gayumbo” que proviene del latín “gayomba” y que en el sur de España es utilizado para referirse a las “retamas de olor”, cuyas flores son de color amarillo. Por eso, se cree que el término comenzó a ser utilizado de manera irónica.


 Flipar:

 Otro de los términos introducidos en el diccionario en 2007 y cuyo origen es también el idioma inglés. Empleado de manera vulgar en nuestro propio país desde hace unas pocas décadas, seguramente su origen se encuentre en el verbo “to flip” del idioma inglés, que significa algo así como “dar la vuelta” o “agitar”. Aunque es más probable que el salto a nuestra lengua se produjese gracias al término “flippant”, que daría lugar a “flipante”, una palabra con matices negativos que suele emplearse para hablar de las personas informales, desenfadas, frívolas o inapropiadas, pero también, de manera más positiva, a las personas que se desenvuelven de manera ligera o vivaz.


 El escote palabra de honor:

 La leyenda afirma que el origen de este tipo de corte del vestido femenino (que en inglés se denomina strapless, “sin tirantes”), se encuentra en las reservas que la modelo que hubo de portarlo en primer lugar tenía frente a esa prenda, que no parecía poder mantenerse en su sitio sin tirantes ni otros tipos de sujeción. La modista aseguró que, palabra de honor, el vestido no iba a caer. La versión alternativa del mito indica que su origen se encuentra en la promesa de no pisar el vestido que se realizaba a aquellas que lo llevaban por sus partenaires masculinos.


 Echar margaritas a los cerdos:

 Uno de esos modismos que también se emplean, con ciertas variaciones, en el idioma inglés (“pearls before swine”, es decir, “perlas para los cerdos”), debido a que su origen se remonta a una raíz común, la Biblia. Concretamente, en Mateo 7:6, durante el Sermón de la Montaña, en el que Jesucristo afirmaba que no había que preocuparse por aquellos que no sabían apreciar lo que de verdad tenía valor.


 Tirar la toalla. 

Una de esas expresiones, sinónimo de “rendición”, que todos hemos empleado en algún momento aunque no seamos conscientes de que su origen proviene del mundo del boxeo. El signo que mostraba al juez que un luchador se daba por vencido y abandonaba el combate era arrojar sobre la lona del cuadrilátero la toalla utilizada para empapar el sudor.

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